Visualización de la rosa, de Roberto Assagioli
Este ejercicio de visualización de la rosa, creado por el psiquiatra Roberto Assagioli es sumamente sugestivo y evocador. Por regla general el símbolo de la flor se utiliza como símbolo del desarrollo de una realidad profunda. Es el símbolo de espíritu humano y su evolución.
El entrenamiento cotidiano en ejercicios de visualización como este nos permitirá generar las imágenes con más nitidez. Incluso podemos aumentar el color, la luz o los detalles siguiendo nuestros deseos. Es solo cuestión de práctica.
El ejercicio puede realizarse tanto individualmente como en grupo. En el primer caso, es necesario aprender bien sus distintas fases para poder recordarlas con facilidad. En el segundo caso, el que dirige el ejercicio, lentamente y con las pausas oportunas, lo desarrolla de la siguiente forma:🌹🌹🌹
Imagina el capullo cerrado de una rosa. Visualiza el tallo, las hojas y, en lo alto del tallo, el capullo. Este es de color verde, porque los sépalos todavía están cerrados y, como máximo, en la parte superior, se puede llegar a ver tan sólo un pequeño punto rosa. Procede a visualizarlo vividamente, manteniendo su imagen en el centro de la conciencia... Mientras lo observas, puedes ver cómo poco a poco se va iniciando un lento movimiento: los sépalos comienzan a separarse dirigiendo sus extremos
hacia afuera, descubriendo así los pétalos rosados, todavía cerrados... Los sépalos se separan cada vez más... y cada vez se distingue mejor el capullo de pétalos de un tenue color rosa... Ahora, también los pétalos empiezan a extenderse... el capullo sigue abriéndose lentamente... hasta que la rosa se revela en toda su belleza. La admiras con alegría. Comienzas a percibir, inhalando, el aroma de la rosa, este perfume tan característico y conocido... tenue, dulzón y agradable... lo hueles con profundo placer... El símbolo del
perfume ha sido utilizado frecuentemente en el lenguaje religioso y místico («El olor de santidad») y también es frecuente el uso de perfumes en los ritos (incienso, etc.).
Visualiza toda la planta e imagina la fuerza vital que brota desde las raíces hasta la flor, produciendo este desarrollo... Permanece contemplando este milagro de la naturaleza.
Ahora, identifícate con la rosa o, más exactamente, «introyecta» la rosa en tu interior...
Ahora eres la rosa.
Imagina el capullo cerrado de una rosa. Visualiza el tallo, las hojas y, en lo alto del tallo, el capullo. Este es de color verde, porque los sépalos todavía están cerrados y, como máximo, en la parte superior, se puede llegar a ver tan sólo un pequeño punto rosa. Procede a visualizarlo vividamente, manteniendo su imagen en el centro de la conciencia... Mientras lo observas, puedes ver cómo poco a poco se va iniciando un lento movimiento: los sépalos comienzan a separarse dirigiendo sus extremos
hacia afuera, descubriendo así los pétalos rosados, todavía cerrados... Los sépalos se separan cada vez más... y cada vez se distingue mejor el capullo de pétalos de un tenue color rosa... Ahora, también los pétalos empiezan a extenderse... el capullo sigue abriéndose lentamente... hasta que la rosa se revela en toda su belleza. La admiras con alegría. Comienzas a percibir, inhalando, el aroma de la rosa, este perfume tan característico y conocido... tenue, dulzón y agradable... lo hueles con profundo placer... El símbolo del
perfume ha sido utilizado frecuentemente en el lenguaje religioso y místico («El olor de santidad») y también es frecuente el uso de perfumes en los ritos (incienso, etc.).
Visualiza toda la planta e imagina la fuerza vital que brota desde las raíces hasta la flor, produciendo este desarrollo... Permanece contemplando este milagro de la naturaleza.
Ahora, identifícate con la rosa o, más exactamente, «introyecta» la rosa en tu interior...
Ahora eres la rosa.
La misma Vida que anima el Universo y que ha producido el milagro de la rosa, está produciendo en ti un milagro similar, o incluso mayor: el desarrollo, la apertura, la irradiación de tu ser espiritual... y puedes cooperar conscientemente con tu florecimiento interior.
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